lunes, 5 de enero de 2015

¿Morir o No Morir?... Esa Es La Cuestión.





¿MORIR O NO MORIR?... ESA ES LA CUESTIÓN.

“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.” -Génesis 22:1-3-

El autor, al no darnos más detalles, da a entender que Abraham no titubeó ni un segundo en ir a ofrecer su hijo como sacrificio. Es como si Abraham sencillamente hubiera dicho: “Oh DIOS, Todopoderoso, claro que sí, no hay ningún problema, tenía cien años de edad cuando mi esposa de noventa años dio a luz a un hijo imposible de nacer, pues ella además de anciana era estéril; a parte, me habías dicho que con este hijo mi descendencia sería tan grande que no podría contarla; pero no hay lío, si tú lo dices, con mucho gusto, claro que sí, sin pensarlo dos veces. Ya mismo arreglo mi transporte, algunos criados, a mi hijo y nos vemos en el lugar indicado para el sacrificio.”… ¡¡Wow!!... No sé tú, pero… a mí se me hace imposible pensar que esa hubiera sido la reacción de Abraham.

Dice la Biblia que Abraham demoró tres días en divisar el lugar indicado para el sacrificio. “Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.” -Génesis 22:4- Y aquí es donde me quiero enfocar. En el capítulo 21 la Biblia nos narra que la última vez que se vio a Abraham fue cerrando un pacto en Beerseba. ”Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos. Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.” –Génesis 21:32-34-. Aunque se nombra a Beerseba como último paradero de Abraham, el campamento de Sara (su esposa) estaba ubicado en Hebrón. Puede que me equivoque, pero creo que cuando DIOS llamó a Abraham para probarlo, estaba en el campamento de Hebrón con su familia. Hebrón quedaba a unos 30 Kilómetros de Moriah, eso es más o menos a dos días de camino, entonces, ¿Por qué Abraham demoró tres días en llegar al lugar que DIOS le había indicado?

Aquí es donde Abraham se pone en nuestros zapatos y nosotros en las sandalias de Abraham. ¿No te has encontrado en una situación en donde después de tanto luchar por algo, lo consigues, tienes una luz de esperanza en conseguirlo o al menos sigues soñando en conseguirlo y DIOS te dice: tienes que entregarme ese algo que tanto aprecias?... ¿Te sientes identificado?

Personalmente aquí es donde yo me identifico con Abraham caminando hacia el monte de Moriah. No me creo el cuento de que Abraham hubiera caminado 30 Kilómetros a punta de obediencia y fe, sin recordar tristemente la sonrisa de su hijo, la promesa de DIOS, su futuro, y de pensar en el rostro de su esposa al recibir la noticia de que su hijo había sido sacrificado. Abraham era un ser hombre al igual que nosotros. Estoy seguro que Abraham en ese trayecto tuvo una de las guerras espirituales más difíciles que un ser humano puede tener y es, cuestionar el proceder de DIOS. Por esto mismo creo que Abraham se demoró más de lo normal en llegar a Moriah.

Me imagino a Abraham pensando: “No puede ser posible que DIOS me esté pidiendo esto”, “¿Será que si fue la voz de DIOS?”, “Yo te amo mucho DIOS pero… esto que me pides es mucho para mí”. Me da un poco de risa pensar que Abraham en un punto del camino empezó a ir y volver una y otra vez, tratando por obediencia de seguir a DIOS pero a la vez luchando por mantener cerca a su hijo que tanto amaba. Me imagino a Abraham diciendo: “¡Acampemos aquí!”… “¡No, ya no! ¡Devolvámonos a casa!”… “¡Mentiras, sigamos caminando!”, y me imagino a sus criados diciendo: “Este viejo se volvió loco”. Al final, puedo ver el cuadro de Abraham con lágrimas en sus ojos ya casi sin fuerzas luego de haberle rogado a DIOS que no permitiera que pasara tal atrocidad contra su corazón, con el cuchillo en la mano dispuesto a degollar a su hijo por obediencia y amor a DIOS.
No debió haber sido para nada fácil entregar a Isaac, porque sencillamente Abraham estaba entregando una gran parte de su corazón. ¿No es muy distinto de nosotros verdad?, hasta Jesucristo dijo: “Padre, si quieres pasa de mí esta copa.” -Lucas 22:42-

Así terminó la historia de Abraham: “Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.” –Génesis 22:11-13- Tal vez el final de nuestra historia personal no termine como la historia de Abraham, tal vez al final de nuestra historia lamentablemente tengamos que sacrificar a Isaac, o tal vez al final DIOS nos diga: tranquilo, no tienes por qué dejar de soñar, aquí tienes devuelta tu sueño. Sólo DIOS sabe el final de cada historia. Lo que humanamente si sé, es que no será fácil cuando DIOS te ponga en esta situación, y si no lo ha hecho, ¡créeme, lo hará! Seguramente cuando llegue la prueba, empezarás a dudar de DIOS, a cuestionar Su autoridad y Su amor, entonces el enemigo tratará de ganar su batalla en tu mente queriendo alejarte de DIOS lo más rápido posible. Tal vez tu fe decaiga y te encuentres, como pienso yo que se encontraba Abraham al caminar hacia Moriah: dudoso y confundido queriendo regresar a casa y no llevar a cabo el sacrificio. Es allí cuando deberás morir a ti mismo entendiendo que DIOS no te pide nada sin un propósito para tu bien. No pretendas saber el porqué, tu trabajo es creer aunque sea imposible hacerlo, DIOS sabe muy bien porque te hace tomar esa copa. Habrá millones de razones por las cuales no querrás morir a tu Isaac, pero tenlo por seguro, que morir a tu sueño por seguir a DIOS, es mejor que soñar sin DIOS. Sé valiente, así no entiendas los caminos de DIOS, y aunque muy seguramente demorarás más tiempo de lo necesario para llegar a Moriah, sé obediente, confía en DIOS resguardándote en Su palabra y te aseguro que todo obrará para tu bien. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” –Romanos 8:28-


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